martes, 12 de junio de 2012

¿Las escuelas eficaces son escuelas de calidad?

Una escuela eficaz es aquella que consigue un desarrollo integral de todos y cada uno de sus alumnos mayor de lo que sería previsible, teniendo en cuenta su rendimiento previo y el nivel social, económico y cultural de las familias (Murillo, 2005: 30). Como complementan Murillo y Fernández-Castilla (2011) el interés  de la investigación sobre eficacia escolar radica en la identificación de los factores de escuela, de aula y de contexto asociados al desarrollo integral de los estudiantes. Sin embargo, hasta ahora como ya se ha señalado, la mayoría de las investigaciones han puesto su atención en una serie de áreas del currículo y, tan sólo, de manera tangencial o en la mayoría de los casos completamente ausentes, en otros elementos que definen un desarrollo integral del estudiante.
Una escuela eficaz no tiene porqué ser una escuela de calidad. El concepto “calidad” dentro de la educación es mucho más amplio. Matizo esta afirmación respaldándome en lo señalado por Muñoz-Repiso y Murillo (2001), la eficacia escolar es una de las estrategias encuadradas en lo que vendríamos a denominar el plano de los medios, plano que es complementado por el de los fines de la educación en lo que vendría a ser la composición del concepto “calidad” en educación.
En cuanto al plano de las finalidades en educación (para qué y para quién se educa) es primordial destacar a Levin (1991) y sus cuatro valores (libertad, eficiencia, equidad y cohesión social) cuyo equilibrio conformarían lo que vendríamos a denominar calidad en la educación desde la perspectiva de los fines.
En el plano de los medios (cómo y con qué recursos llevamos a cabo la educación) es donde encuadraríamos al movimiento de “eficacia escolar”  y donde también encontramos el movimiento de “mejora de la escuela”. Este es un  plano técnico basado en evidencias científicas y en la práctica educativa.
Como se puede apreciar, una escuela encuadrada en el movimiento teórico-práctico de “eficacia escolar” simplemente, no es una escuela de calidad. Para serlo se debe tener en cuanta los dos planos mencionados, y dentro del plano técnico la línea teórico-práctica de “mejora de la escuela”, que desemboca en la iniciativa “mejora de la eficacia escolar”.
La eficacia escolar es una herramienta que puede aportar información acerca de los procesos que pueden llevar a que una escuela sea de calidad, pero no es la única herramienta o componente necesario para que se pueda hablar de dicha calidad.
Finalmente y para continuar reflexionando respecto a esta temática señalar que el movimiento de la escuela eficaz está siendo mal interpretado en muchas ocasiones. Un claro ejemplo es el Bachillerato de Excelencia instaurado recientemente en la Comunidad de Madrid. ¿Es esta iniciativa apropiada para le mejora de la calidad en la educación? ¿Concuerda con el concepto de escuela eficaz? La ambigüedad en cuanto al concepto de calidad en la educación es tremenda, pero lo que sí queda patente y además corroboran Muñoz-Repiso y Murillo (2001) es que no debe darse el secuestro de la palabra calidad desde una determinada óptica, más preocupada por los niveles de excelencia en lo académico y la rentabilidad de las inversiones en lo económico, y las reticencias a la sistematización del logro de la calidad porque puede desembocar en una educación elitista y competitiva que nada tiene que ver con lo señalado en el concepto de escuela eficaz.

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